"A perfume is like a piece of clothing, a message, a way to presenting oneself...
a costume... that differs according to the person who wears it."
Paloma Picasso

1 de marzo de 2017

Travelling without moving: La Osmothèque de Versalles





En esta entrada te cuento sobre la maravillosa visita a una «biblioteca» de perfumes, el archivo mundial más grande de perfumes: La Osmothèque de Versalles y también te digo los pasos que tienes que seguir si quieres visitarla 😉

Y empezamos: Hace 3 años hicimos un viaje soñado a París. Me encanta viajar por placerdescubrir lugares nuevos y tomar fotos para recordar esos viajes después. Hasta tengo una cámara puente que según yo saca fotos más bonitas que el móvil. Aquí te pongo algunas fotos y espero que mis palabras y las fotos te hagan oler este viaje a un lugar tan especial para todos los que amamos los perfumes.

Este viaje fue la primera vez que visité París como dios manda. Antes había estado en territorio parisino al hacer conexión de vuelos y clarísimo que eso no cuenta. Quería que mi primera vez en París fuera a lo grande y nadie mejor para enseñarnos París que los chicos de gozARTE. No es publicidad pero quiero que sepas que son verdaderos profesionales y se preocupan mucho de que aprovechemos cada momento y saquemos partido de lo que planean para nosotros. En gozARTE son grandes, consiguen acoplar perfectamente el turismo con la historia y el arte y hasta con la música. Nunca había visto una planeación tan meticulosa de cada día, cada actividad y eso lo hacen sólo los apasionados por su trabajo, como Carlos Millán y todo su equipo. Si algo cambia en el plan original ya tienen previsto un plan B, C y lo que haga falta. Nosotros, que no estábamos acostumbrados a lo movido de los viajes organizados, nos cansamos un poco (estábamos molidos, ¿para qué os voy a mentir?) pero disfrutamos al máximo los 7 días que estuvimos ahí. gozARTE puso la planeación, nosotros el entusiasmo a pesar del cansancio y todo salió genial. Bueno, me despisté un minuto y me perdí en Montmartre pero Juan de gozARTE regresó a buscarme y me encontró. Mi marido se puso súper nervioso de que me hubiera perdido jajaja ¿Pues para qué me pierde? En gozARTE son tan geniales hasta para eso: Juan es el designado para buscar a los «perdidos» 😛 Total que, en esos 7 días, muchas historias y casi que necesitaría una entrada para describir cada día descubriendo París de la mano de gozARTE. 

La única tarde que teníamos libre, decidimos (bueno, decidí yo y mi marido decidió ir conmigo jajaja) ir a La Osmothèque de Versalles, una visita inolvidable. La ciudad de Versalles es mundialmente famosa por su palacio (sus jardines, el salón de los espejos, María Antonieta, etc., eso lo visitaríamos dos días más tarde). En esa bella ciudad está la Osmothèque, también conocida como el Conservatorio Internacional del Perfume. Se encuentra dentro del campus de la «Escuela de Perfumistas» ISIPCA (Instituto Superior Internacional del Perfume, de la Cosmética y de los Aromas Alimentarios).

Jardines de Versalles. Yo soy la de la sombra

Palacio y jardines de Versalles

Introducción: La Osmothèque es un lugar único en el mundo. Tiene diversas funciones y cometidos pero el principal es la guarda de una prestigiosa colección de perfumes, más de 1800 dice el folleto pero ahí nos dijeron que en realidad son más de 4000, de los cuales hay unos 400 que han desaparecido de los circuitos comerciales pero que se conservan ahí para que no se pierda el legado perfumístico que ha sentado las bases de la perfumería actual. Es decir, ahí puedes encontrar le Parfum Royal del Siglo I (¡Un perfume del Siglo I, imagínate!), L’eau de Cologne de Napoleón, Fougère Royale de Houbigant de 1884, los míticos Parfums de Rosine de Poiret, etc. (Poiret fue el primer diseñador de moda que comenzó el «matrimonio» entre tener una firma de moda y una casa de perfumes. Después de él siguió Coco Chanel y hasta el día de hoy la alta moda es más alta si tiene un perfume.)

Entrada a la exposición

Perfumes de Poiret

Perfumes de todas las épocas

Perfumes antiguos

Perfumes emblemáticos y modernos

La Osmothèque (osmo=olor), nace con el cometido de salvar perfumes condenados a desaparecer por el paso del tiempo o por otras causas (desaparición o prohibición en el uso de determinadas materias primas) así como de salvaguardar la herencia perfumística mundial. Algunos perfumistas y marcas han confiado las fórmulas secretas de sus perfumes para que el perfume siga «vivo», se le recuerde y no se pierda su importancia en la historia y evolución de la perfumería. 

¿Cómo hacen para reproducir perfumes de 1905, por ejemplo? Los perfumistas de la Osmothèque reconstruyen esas antiguas recetas, respetando el proceso de fabricación y las materias primas del perfume original.

En nuestra web puedes encontrar los perfumes de Sharini, la perfumería «viva» que también respeta las materias primas naturales y los procesos de los inicios de la perfumería moderna. Son perfumes ecológicos, con un toque de nostalgia. Si quieres conocer un poco más de los perfumes naturales aquí tienes otra entrada del blog en la que hablo sobre ello.

Lo que más me sorprendió fue la explicación que nos dieron en La Osmotèque es que pueden usar materias primas actualmente prohibidas en la perfumería, porque al ser una organización sin ánimo de lucro y con fines educativos y de difusión de la cultura perfumística, pueden usarlas para estudiarlas y olerlas, no para usarlas en la piel. Si sabes algo de los perfumes, estarás enterado de que muchas materias primas naturales han sido prohibidas por riesgo de alergias. Esto es un quebradero de cabeza para los perfumistas y es la razón de la reformulación de perfumes cuya fórmula era la misma desde su origen, hasta la puesta en vigor de dicha prohibición.

Cata de perfumes míticos

Conos de papel impregnados de perfumes de diferentes épocas

¿Qué tengo que hacer si quiero visitar la Osmothèque? Primero, me habían dicho que nunca podría visitar la cueva porque yo no era perfumista ni profesional del perfume con la importancia suficiente para que me permitieran la entrada a la cueva. Esto es totalmente falso. Cualquier persona sea o no profesional del perfume puede hacer una visita a la Osmothèque y a la cueva, previa cita. Sin cita cualquier persona puede ir y ver la exposición de perfumes, comprar libros especializados, comprar algún perfume exclusivo que tienen ahí, tomar fotos, etc. Haciendo una reserva te aseguras el acompañamiento de un profesional, puedes hacer preguntas, te hacen una cata y te enseñan la cueva. 

Sólo hay que estar atentos a las horas y temporadas de visita. En junio y julio tenían varios días de la semana reservados para estas visitas al público. En agosto estaban cerrados si mal no recuerdo.

Yo me partí la cabeza para escribirles un correo con mi francés oxidado pero hablan inglés y un poco de español también.

Más información en: www.osmotheque.fr 

Ahí está el email, el teléfono, fax.

Bueno, y ¿qué es la cueva? no, no pienses en Batman y la baticueva, la cueva de La Osmothèque no está bajo tierra ni es tenebrosa, es una habitación enorme a salvo de la luz solar y con cámaras refrigeradoras donde guardan la extensa colección de perfumes a una temperatura constante para mantener sus propiedades intactas. Y además expulsan el oxígeno de los frascos opacos para evitar que se oxiden las moléculas del perfume. Así se aseguran que el perfume no envejezca ni se altere su olor. El día que fui, la encargada estaba decantando los perfumes de Roja Dove. ¡Qué ganas tenía de oler esos perfumes maravillosos y carísimos del señor Dove! pero como apenas los estaban decantando, me quedé con las ganas.

Mi visitaEra el quinto día en París, estaba con los pies tan destrozados de caminar que hasta cojeaba un poco. Mañana en el Museo D’Orsay y con la anécdota de que me pegué una llorera en la sala de Van Gogh. Nunca había visto en vivo ningún cuadro suyo. No era fan pero ahí entendí todo, la fascinación por su arte, unos cuadros que se me hicieron tan llenos de color y de vida (¿sabes lo que es sentir la vida en toda su belleza a través de una pintura? pues ese día lo descubrí), admirando la vida en sus pinturas, no podía creer que Van Gogh hubiera muerto pobre, sin reconocimiento y además con el estigma de la enfermedad mental. Me dio mucha tristeza ver lo grande que era y sólo unos pocos se dieron cuenta de su valía mientras vivía. Después me dio un poco de verguenza haber llorado frente a la gente… pero más verguenza hubiera sido aguantarse las lágrimas.

Nos saltamos la comida de grupo porque urgía llegar a Versalles donde yo había hecho cita para la Osmothèque a primera hora de la tarde. Dimos un rodeo porque el chico del hotel nos dio mal algunas indicaciones y encima tardamos porque había varias estaciones cerradas por trabajos, así que para llegar al RER C que nos llevaría a Versalles, hicimos el doble de lo normal. Hubiera sido fácil tomar taxi pero bueno, así aprendimos a andar por el metro.

Una vez en Versalles, 25 minutos para comer en McDonalds, sí, nada de glamour ni salud pero era lo más rápido y está justo frente a la estación de tren. Luego taxi al Conservatorio Internacional del Perfume. Llegamos 5 minutos antes de la cita.

Nos trataron súper bien. Nos recibió la encargada y luego nos quedamos con Rozenn que hablaba francés, inglés y un poco de español. Después nos llevó a la cueva. Ahí trabajaban una mujer que estaba a cargo y un estudiante de la escuela de perfumistas, Stéphane creo que se llamaba. La encargada dejó que Stéphane dirigiera la cata pero intervenía para puntualizar datos (y puede que al verme tan pesada preguntando cosas). Fueron muy amables, en verdad.

Tienen un catálogo enorme. Me enseñaron cómo se buscan los perfumes en las cámaras de acuerdo a su sistema. Para eso Stéphane me pidió que le dijera un perfume y claro, dije: «Chanel Nº 5» y su cara fue un poema, me dijo: «nooo, estoy cansado del Nº 5, seguro que conoces otro que no sea ese». Y le dije uno especialmente difícil y lo encontraron y nos dejaron olerlo. Después sacaron una bandeja con frasquitos para oler, bueno, los olíamos en tiras de papel secante. El chico me decía: «¿qué crees que tiene este perfume?» yo: «Canela». «¿Y este qué flor tiene?». Yo: «Jazmín». Fue una experiencia muy bonita, por eso necesitas hacer cita, para que te enseñen todo esto. La cita era de media hora pero entre unas cosas y otras nos dejaron estar una hora. Si me conoces un poco, te imaginarás que sí, yo estaba encantada.

Órgano del perfumista

Materias primas listas para oler

Perfumes en las cámaras de la cueva. La del reflejo soy yo

Las cámaras refrigeradas y los frascos opacos, clasificados y etiquetados

Librería especializada. Compré 3 libros y todavía quería más

Vitrina decorada en tonos rosas. Había otra en verde

Cómo es la mente, estaba tan contenta al salir de ahí que ya no me dolían los pies tanto como por la mañana. Ojalá hubiera tenido ahí esta loción para piernas cansadas pero en ese momento parecía que volaba, todo era mejor y yo estaba feliz.

De lo que me arrepiento es de no haberme tomado una foto con todos ellos y de no haberles preguntado por la visita de Thierry Wasser, que había estado en la Osmothèque semanas antes (lo ví en alguna red social). Si te interesan los perfumes un poquito, sabrás quién es Thierry Wasser y si no, googlea y lo sabrás 😉

Después merendamos en Versalles, volvimos en RER a París y llegamos temprano al hotel, descansamos un poco y a las 9 ya estábamos cenando en Le Pétit Breguet. Muy bueno, probé la sopa de cebolla y mozarella con tomate. Juan encantado con su pato con patatas. Después a dormir y prepararse para otro día de turismo.

Nota final: Espero que te haya gustado viajar sin moverte. Te invito a que vayas a Versalles, el Palacio es una maravilla pero la Osmothèque es una visita a un lugar muy especial que me sorprende que mucha gente desconozca. La pintura tiene museos, la perfumería necesita un lugar así para recordar su historia, sus cimientos, para resguardar un legado hecho arte.  

PD: Fue un milagro que pudiera ir a la Osmothèque porque al llegar a París teníamos otro itinerario que por suerte dejaba mi cita del jueves por la tarde tal como había planeado. Sí o sí me tocaba ir. Era una ilusión mía estar ahí pero tengo que agradecer a mi compañero de viaje y de vida que, además de acompañarme y apoyarme, aguantó como un campeón tanta charla y tanto perfume. Al final admitió que le había gustado y eso significó mucho para mí.


*Todas las fotos en esta entrada son de mi archivo personal. Puedes publicarlas poniendo mi nombre y el enlace a este blog. Los textos no se pueden reproducir sin mi permiso.

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